Ah, las mentiras de Locke Lamora…
Me enteré del libro por una recomendación de Patrick Rothfuss en la que dice que está en el top 10 de libros que ha leído. Lo tuve en mi “wishlist” de Amazon desde octubre del año pasado hasta que mi hermano me lo regaló en junio por mi cumpleaños.
Se trata de ladrones. Camorr es una ciudad “veneciana” controlada por pandillas de criminales, el líder de la mafia es Capa Barsavi y todos los jefes de las pandillas deben dar un tributo semanal acorde a su estatus. Existe un pacto entre Barsavi y los Nobles de Camorr: los nobles son intocables, nadie está autorizado para robarles.
Locke Lamora es el líder de los Caballeros Bastardos (Gentleman Bastards). Desde pequeño Locke se entrenó para romper el pacto y lo hace con estilo. Lo hace sin un objetivo en particular, simplemente es lo que hace, es divertido. Todo se complica cuando alguien comienza a matar a los líderes de las pandillas más importantes para llegar hasta Barsavi…
El mundo que crea Scott Lynch es interesante, igual la trama, pero lo que más me gustó del libro son los personajes y su camaradería. Es imposible no conectarse con Locke Lamora, Jean Tannen y el resto de Caballeros Bastardos; sí, son criminales, no son del todo éticos y eso, pero qué importa, son las personas más entretenidas de todo Camorr y probablemente los mejores amigos que alguien podría tener.
Está eso y el lenguaje, el nivel de maldiciones es precioso. Solo espero el día en que pueda llegar a decir algo de este calibre:
I’ll thrash on you until you’re inventing new gods to pray to.
Ni siquiera me voy a molestar en traducirlo, le quitaría efecto. Pero qué tal este otro:
There’s a few things I want to ask him. Philosophical questions. Like, ‘How does it feel to be dangled out a window by a rope tied around your balls, motherfucker?’
No sé cómo respondería a eso.
Me encantó que habían momentos al principio en los que predecía que iba a suceder, quizá estaba activo mi sentido criminal, pero eso me duró poco porque Locke Lamora no es predecible, es un ingenioso bastardo.